jueves, 25 de junio de 2009

TRISTAN E ISOLDA

-Pepa, Pepa, mira lo que te traigo para la cena de Nochebuena…Yo abrí los ojos como dos platos y no pude pronunciar palabra al ver a mi Manolo cargando con dos conejos, vivos, metidos en un saco…
-¿A que son hermosos?: al ajillo van a estar de rechupete. Me los regaló mi amigo Narciso: se llaman Tristán e Isolda, ¿qué te parecen los nombrecitos?Bueno, Narciso es muy leído, los habrá sacado de uno de sus libracos.
A todo esto, yo muda mirando aterrada los conejos.
-¿Qué se supone que debo hacer con ellos, Manolín?(Siempre llamo a mi Manolo Manolín, cuando no sé qué hacer)
-Matarlos, despellejarlos y cocinarlos, hija, Pepa, que a veces pareces boba.
Dejó el saco encima de la mesa de la cocina y, dando media vuelta, se fue a veruno de esos partidos que ponen por la tele y que le gustan tanto.
Abrí con miedo el saco y me enfrenté a las dos fieras, que me miraron con unos ojillos tan tiernos que casi me echo a llorar.
En mi vida había matado un conejo, ni una gallina, ni un pájaro, ni tan siquierauna hormiga: ¡cómo iba a asesinar a aquellas dos criaturas tan cariñosas…!Imposible, era realmente absurdo que nadie pudiera pensar, y menos mi Manolo,que yo pudiera cometer tamaño crimen.
Decidí separarlos, -juntos me daban más pena aún-, así que metí a uno, con saco y todo, dentro de la despensa. El otro quedó sobre la mesa, aterrorizado,seguro…
-Hola, me llamo Tristán y antes de que me mates quiero comunicarme una cosa quete va a interesar.Casi me da un infarto al escuchar hablar al conejo, pero estábamos solos en la habitación y nadie más podía haber dicho aquellas palabras.
-No te asustes, soy un conejo mágico – me tranquilizó.
-¿Mágico…¿cómo de mágico…?- balbuceé.
-Te puedo conceder tres deseos, ya ves…
-¿Seguro?
-Prueba y verás.
-Bien, pero como me engañes te mato. Ahí va: quiero ser una mujer hermosa.
-¿Estás segura? ¿No quieres tener un hijo (que no puedes), una casa mejor, uncoche nuevo?
-Estoy completamente segura…
-Bueno, tú sabrás, primer deseo concedido.
No pasó nada especial pero yo salí a toda velocidad para el baño a mirarme en el espejo: lo que vi me espantó y volví corriendo a la cocina para increpar alconejo:
-¿Estás loco? , te dije una mujer hermosa…
-¿Y qué quieres? , la Mona Lisa, era una de las mujeres más bellas, deseadas y misteriosas de su época: mejor que tú seguro que sí…
-No me gusta, tienen ojos de tonta y no se ha depilado el bigote: parece unarancia y una momia.
-Tú dirás entonces…
-Quiero ser una mujer bella, con ojos vivos y atractivos, y cuerpo de gacela:gustar a TODOS los hombres.
-Estupendo, tu segundo deseo te ha sido entregado.Volví a salir de estampida hacia el baño, desde el otro lado del espejo unanegraza tremenda me miraba con ojos de susto.Volví a la cocina y me enfrenté a Tristán:
-¿Se puede saber qué es esto…?
-Esto es Naomi Campbell, una de las mujeres más bellas y deseadas del Universo…
-Sí, pero es negra…
-¿Y…?-Yo no quiero ser negra: mi Manolo es un amor, pero es racista; si me ve así mecorre de la casa.
-¿Entonces…?
-Entonces me vuelves como al principio, que no estaba tan mal, -le dije llena defuria mientras la daba con un martillo en plena nuca y lo dejaba tieso.
Respiré, les juro que cuando lo vi muerto respiré tranquila.
Después me dirigí a la despensa y cogí por las orejas a Isolda, la puse delantede mi cara y le dije mirándole fijamente a los ojos:
-Como abras la boca te mato aquí mismo, mira que no estoy para bromas.
La coneja me miró con ojos de súplica y dijo:
-Tranquila puedo ayudarte…
Zzaaasss, el canto de mi mano salió disparado hacia su cuello y allí mismo
estiró las patas.
Fui al salón donde mi Manolo estaba viendo el final del partido y le lancé losdos conejos muertos a la cara:
-Despelléjalos tú si te los quieres comer, yo, por hoy, ya he tenido bastante…
Lola Bertrand

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